Hola. Aquí estoy de nuevo otro año más, en mi 44ª vuelta al sol, con el post. ¡Y parece que cada vez tiene más adeptos! Espero no agobiar con la frecuencia de publicaciones ?.
Si ya has leído mis posts de años anteriores y/o más o menos me sigues por redes sociales, te puedes imaginar la temática principal que voy a abordar este año. Aunque la foto destacada del artículo ya me delata.
Si no te has leído ningún post, por hilar con el tema de este, te recomiendo que te leas el del año pasado, aunque te hago un resumen de todo los posts escritos hasta ahora:
Año a año, voy haciendo cambios en mi vida que me ayudan a vivir mejor y ser más feliz: Primero me reinventé profesionalmente aprendiendo a programar, después empecé a trabajar como programador en The Cocktail, una empresa donde fui muy feliz, y finalmente cambié mis hábitos de alimentación y actividad física con los que empecé a revertir mi obesidad, ya que llegué a pesar al menos 160 kg.
Has leído bien: En The Cocktail “fui muy feliz”. Así, en tiempo pasado. Siempre había oído que es muy duro irse de The Cocktail, y yo lo pude comprobar, y eso que estábamos todos en remoto. Todavía mantengo el contacto con algunos antiguos compañeros, y espero poder volver a vernos algún día en alguna visita a Madrid, ciudad que por cierto echo mucho de menos.
Pues bien, hacía tiempo que mi “yo-culo-inquieto” me pedía un cambio. Era extraño porque me sentía muy a gusto donde estaba, pero de repente me surgieron varias oportunidades de cambio que hicieron plantearme un nuevo rumbo. Y en noviembre finalmente di el paso y empecé a trabajar en otra empresa llamada Digital 55, también un consultora de desarrollo web ubicada en Madrid, totalmente en remoto. De hecho no he pisado las oficinas todavía, y solo conozco a mis compañeros a través de la pantalla, excepto al CTO que es por quién entré a trabajar allí, y con quién había comido un año antes en Madrid, porque yo era (y soy) fiel oyente de sus podcasts y un día le propuse por Twitter quedar a comer juntos. Y de aquellos polvos, estos lodos.
No sé si ha sido suerte o qué, pero de nuevo he encontrado una empresa donde me encuentro a gusto, sigo aprendiendo mucho, me siento valorado, confían en mí, y a pesar de la distancia que implica el trabajo en remoto, he podido constatar la calidad humana que rige en la misma.
Recopilemos:
El año pasado hablé de varios retos que quería conseguir durante este año:
- Ponerme un platanito: ✅ Hecho (ver foto)
- Entrenar en llaüt: ✅ Hecho, llevo todo el año entrenando en llaüt.
- Competir: ✅ Hecho, he competido concretamente 3 veces y espero que muchas más.
Durante este año he seguido poniéndome retos tanto deportivos como de peso y los he ido cumpliendo todos. El último ha sido correr 10 km., y pesar menos de 100 kg., que ya los he cumplido ambos. Ya he perdido más de 60 kg. Y así, poco a poco, he ido avanzando en mi objetivo de la salud.
Muchísima gente me da la enhorabuena por el cambio y por la fuerza de voluntad que he tenido. Sin embargo os voy a contar un secreto:
Hace como 40 kg. que dejé de tener fuerza de voluntad porque empecé a disfrutar de un estilo de vida nuevo. Llegué por la pérdida de peso, y me quedo por salud.
Me he pasado más de la mitad de mi vida teniendo fuerza de voluntad, acudiendo a endocrinos que te sacan del cajón una fotocopia de dieta hipocalórica a base de pechuguita de pollo, pescados hervidos y ensaladas, con las que conseguía perder unos pocos kilos, que al poco tiempo recuperaba (y superaba), porque la ansiedad acumulada y el hambre finalmente te hacían claudicar.
Estoy seguro que lo que acabo de contar le suena a la mayoría de personas que padecen o han padecido obesidad. Mi intención con el post de este año, es contar cómo he vivido la experiencia de perder tanto peso, y sobre todo de recuperar mi salud. Este post va principalmente dirigido a quienes se han sentido identificados antes, pero lo cierto es que puede servir para cualquier persona que sienta que su alimentación le está perjudicando la salud.
Siempre recuerdo que lo que aquí cuento es mi experiencia y solo mía. Lo que cuento es fruto de documentarme mucho, leer y aprender de médicos, farmacéuticos, nutricionistas y entrenadores que llevan años aplicando todo lo que voy aprendiendo y experimentando.
Pero te voy a pedir encarecidamente ( y se lo pido a todo el mundo que me pregunta) que no te creas nada de lo que te cuento. Y si te interesa profundizar, o incluso iniciarte en este estilo de alimentación, antes sigue el mismo camino que yo. Investiga, documéntate y aprende todo lo que puedas. Quizá llegues a otra conclusión diferente a la mía. Desde luego que si existe otra explicación científica más sólida que sea mejor para mi salud, estoy totalmente dispuesto a creerla y a seguir sus pasos.
Killer, remo y nutrición
En el aspecto deportivo, el año pasado ya conté mi experiencia entrenando con “El Killer” y remando.
Siguen los “Killer-Trainings” con mi hermana un par de días a la semana. Nunca ha dejado de ser duro. Miguel es la reencarnación de Maquiavelo pero con un chándal de Nike. No me explico cómo puede haber tantas maneras diferentes de hacer sufrir y que a todas se les siga llamando deporte. Pero lo cierto es que la progresión en estos dos años que entreno con él ha sido espectacular. Sigo convencido de que él fue quien encendió la mecha de todo esto.
Y el remo sigue estando ahí, también 2 o 3 veces a la semana. Es extenuante a la vez que renovador. Una sesión de remo, y te quita el estrés, la mala leche y las mala vibraciones que tengas en ese momento.
Y he incorporado a mi actividad deportiva el salir a correr, pero sin obligación, cuando me apetece y puedo. Aunque ya me he planteado este año el reto de correr alguna carrera popular como una 10K.
En el aspecto de nutrición conté que había empezado con una alimentación cetogénica con resultados hasta el momento muy buenos, habiendo perdido 32 kg justo hace un año. En ese momento no me extendí demasiado porque todavía tenía mucho que aprender y experimentar, y quería saber cómo iba a responder mi cuerpo alargando esto durante más tiempo y ya llevo 14 meses.
Es posible que ya sepas en qué consiste la alimentación cetogénica. O quizá has oído hablar de ella, y en ese momento, te pareció una barbaridad dejar de comer carbohidratos y empezar a comer muchas grasas. Normal. A mi también me pareció una atrocidad al principio. Hasta que profundicé y entendí de qué iba todo esto.
Herencia ancestral
Sin entrar todavía en aspectos puramente fisiológicos, para entender los fundamentos de este tipo de alimentación hay que tener en cuenta que se basa en aportar los nutrientes con los que el ser humano ha evolucionado y cuya fisiología ha forjado durante cientos de miles de años. Es echar el zoom muy, muy atrás. El ser humano moderno, el Homo Sapiens, lleva en la tierra unos 300.000 años. La agricultura apareció tan solo hace 10.000 años. Nuestra especie ha sido exclusivamente cazador-recolector durante unos 290.000 años. Durante ese tiempo su alimentación se ha basado principalmente en carne, pescado, huevos, moluscos, marisco, etc… Hay que tener en cuenta que no siempre había caza, y podían pasar días o semanas de escasez, pero sobrevivían con las semillas, setas, raíces y frutos silvestres que recolectaban.
Si, es cierto que hemos evolucionado mucho, y tenemos mucha mayor esperanza de vida, y no es lógico querer vivir como un troglodita. Nadie ha dicho nada parecido. Contamos con vacunas, antibióticos e infinidad de avances científicos que nos permiten vivir muchos más años. Con neveras llenas de alimentos frescos y pudiendo comer todas las veces que queramos. Pero la pregunta es: ¿Todo esto nos permite vivir más sanos todos esos años que hemos ganado?
Las enfermedades crónicas hoy en día nos tienen a todos en el punto de mira. La diabetes tipo 2, el cáncer, el alzheimer, multitud de enfermedades autoinmunes, etc… Son enfermedades que hace tan solo 100 años casi ni se conocían, o eran muy raras. ¿Qué ha pasado en estos últimos 100 años para que de repente tengamos a una gran parte de la población mundial enferma?
Pues, ha habido muchísimos cambios bruscos, la contaminación, la baja actividad física y exposición al sol, el incremento de disruptores endocrinos como pesticidas, plásticos, cosméticos, etc.., y por supuesto, la alimentación.
Jamás en la historia de la humanidad se había consumido tantos hidratos de carbono simples (sobre todo harinas refinadas y azúcares) como en los últimos 100 años. Sin embargo, no pensemos que después de cientos de miles de años forjando un ADN, nuestra fisiología se iba a adaptar de repente a esta nueva situación. Nuestra fisiología no ha cambiado. Y lo mejor de todo, es que es prácticamente perfecta. Absolutamente todo lo que ocurre en nuestro cuerpo tiene un sentido de supervivencia, y de alguna manera, nuestro cuerpo está trabajando constantemente para mantenerse vivo y sano. Como se suele decir, la naturaleza es sabia.
Esta conclusión no es mía, desde luego. La aprendí antes de experimentarla. Pero es que si he estado casi 44 años castigando mi cuerpo con una mala alimentación basada en nutrientes que mi cuerpo no necesita, el cual se ha estado enfermando durante años, muy poco a poco y llegando a una situación casi al límite. ¿Cómo explicas que desde el mismo momento en que empiezo a nutrirme adecuadamente, la recuperación se empieza a notar a los pocos días? ¿Cómo explicas que en tan solo 14 meses con esta alimentación, haya perdido 50 kg de grasa, haya ganado masa muscular, me encuentre en un estado de energía que no he tenido antes, descanso mejor que nunca, y me levanto tan activo que podría ponerme a cortar troncos?
No, no. El deporte no ha sido. O por lo menos, no ha sido en exclusiva. Empecé mi cambio solo haciendo deporte, perdí algo de peso, pero haciendo el mismo deporte, lo recuperé, y solo cuando cambié la alimentación empecé a notar enseguida esa mejora. En cualquier caso, considero la actividad física imprescindible y es parte de nuestras necesidades evolutivas.
Hoy todavía seguimos siendo Homo Sapiens, aunque vistamos vaqueros, llevemos móvil, y nos desplacemos en coche.
Desaprender
Antes de aprender he tenido que desaprender muchísimas cosas, pero hay una que al “desaprenderla”, me explotó la cabeza. Es una de la frases que más se repite, y la que se le dice a todo el mundo que quiere perder peso, solo porque a algunos les funciona:
“Muévete más y come menos”.
Esta es la frase que más daño está haciendo hoy en día, más enfermedad está provocando, más trastornos alimenticios y más culpabilidad genera. Por favor, no la digáis más. Nos hace creer que engordamos solo porque gastamos menos calorías de las que consumimos. Es la llamada teoría CICO (Calories In – Calories Out), o Primer Principio de la Termodinámica.
Según esta teoría, si al día consumo, por poner un ejemplo, 2.000 kcal., tan solo tengo que gastar cada día más de 2.000 kcal. y perderé peso. Así, como si el cuerpo humano fuese una bomba calorimétrica de un laboratorio. Menuda estupidez (lo digo ahora que lo sé, antes también creía en la teoría CICO). Y aquí es donde todo el mundo se me echa encima porque todos saben que la base de la pérdida de peso es el Déficit Calórico. LOS COJONES (Perdón, que me he venido arriba).
Antes de seguir argumentando, aclaro: Evidentemente, el déficit calórico es un parámetro a tener en cuenta, pero fundamentar la pérdida de peso en ello es tremendamente erróneo. Por una parte, esta afirmación da por sentado que todas las calorías son iguales y generan el mismo comportamiento en el cuerpo humano. Por otra parte, asume que podemos medir ese consumo de calorías, como si se pudiese saber con exactitud todos los mecanismos que nuestro cuerpo desencadena en todo el proceso de nutrición y el gasto energético que cada uno de esos mecanismos supone.
Hay que tener en cuenta cómo reacciona nuestro cuerpo al consumir cada uno de los diferentes macronutrientes. El cuerpo tiene una respuesta hormonal totalmente diferente al consumir carbohidratos, proteínas o grasas.
Y entonces, ¿En qué nos tenemos que basar para perder peso? Pues luego lo cuento.
Antes te adelanto una bomba informativa. Aquello que me hizo “click” y sobre lo que se fundamenta prácticamente todo lo que he hecho para perder peso, y recuperar la salud:
(Se abre el telón)
“La insulina engorda.”
(Se cierra el telón)
La Insulina
Aquí me voy a poner en plan “Libro Gordo de Petete” para explicar en qué nos influye la insulina. Espero no aburrir, pero la explicación fisiológica es importante conocerla para entender todo esto.
La insulina es una de las “tropecientas” hormonas que rigen el funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestra salud. Básicamente, tiene la misión de regular el nivel de la glucosa (azúcar) de la sangre introduciendo dicha glucosa en las células para dotarlas de energía y también almacena la glucosa en forma de glucógeno en el hígado y en los músculos, y cuando el hígado está lleno, la acumula en forma de grasa en el resto del cuerpo.
Evidentemente cuanta más glucosa haya en la sangre, más insulina libera el páncreas, ya que hay más trabajo que hacer.
Cada tipo de macronutriente (Hidratos de Carbono, Proteínas y Grasas) hace que se libere diferentes cantidades de insulina al consumirlos. El que más insulina libera son los Hidratos de Carbono, después las Proteínas y por último, las Grasas que prácticamente no elevan la insulina.
Pues bien, como he dicho antes, la insulina también tiene la misión de almacenar la glucosa en forma de glucógeno en el hígado y los músculos, y en forma de grasa en el resto del cuerpo. Y aquí está el quid de la cuestión.
Cuando introducimos hidratos de carbono, los niveles de insulina se disparan para regular la glucosa y para almacenarla en forma de glucógeno en el hígado, pero si estamos constantemente comiendo (5-6 veces al día) con una alimentación basada en hidratos de carbono, tendremos el glucógeno hepático a tope y pasaremos a almacenar todo ese glucógeno en forma de grasa.
La presencia de insulina tiene un efecto de almacenar (anabólico), sin embargo, mantener bajos niveles de insulina en sangre tienen el efecto contrario (catabólico): Nos abre la puerta a gastar ese glucógeno.
Por esta regla de tres, si conseguimos mantener constantemente baja la insulina, estaremos manteniendo las puertas abiertas de par en par a la quema de grasa.
Y por esta misma regla de tres, reformulo la errada frase de “La base de la pérdida de peso es el déficit calórico”. Lo correcto sería decir:
“La base de la pérdida de peso es generar una adecuada respuesta hormonal”
Sin esta respuesta hormonal adecuada, perder peso es mucho más difícil, aunque estés en el supuesto déficit calórico. Luchar contra el efecto de nuestra insulina para quemar grasa, mientras la misma está almacenando, y con el hígado a tope, es cuanto menos complicado.
Y cuando digo “adecuada respuesta hormonal”, en realidad no solo me refiero a la insulina. Hay muchísimas otras hormonas que interfieren en el proceso (cortisol, adrenalina, leptina, grelina, etc…). Podríamos decir que la insulina es “la punta de lanza”, aunque el cortisol es también muy importante ya que es la hormona del estrés, y con el cortisol alto, se va a generar picos de glucosa, que a su vez genera picos de insulina, y estamos en las mismas. Vivir estresado también engorda.
Cuando mantienes la insulina baja, en primer lugar comienza a agotarse el glucógeno hepático (12-14 horas aprox.) y si continúas sin ingerir hidratos de carbono, manteniendo la insulina baja es cuando se produce ese estado metabólico tan maravilloso y que tenemos latente o al ralentí, desde que nos dieron el primer biberón de fórmula o la primera papilla de frutas y galletas y desde el cual, no hemos parado de comer hidratos de carbono 5 veces al día: La cetogénesis.
La cetogénesis
Imaginemos que nuestro metabolismo es una hoguera, en la que estamos constantemente metiendo ramitas, pinocha y hojas secas (hidratos de carbono), fáciles de prender, y que generan de forma muy rápida mucha energía, pero hay que estar constantemente alimentando la hoguera para generar energía todo el tiempo (5-6 comidas al día). Tenemos un acopio en el sótano de troncos (grasa acumulada) pero no los usamos porque siempre disponemos de muchas ramitas y hojas secas. Pero si de repente nos quedamos sin esas hojas sin que nadie nos avise (agotamiento del glucógeno hepático), y necesitamos ir a por troncos, nos habrá pillado por sorpresa y con la hoguera a punto de apagarse, saldremos corriendo a por algún tronco a la desesperada para que no se apague el fuego y tendremos que esperar bastante a que los primeros troncos ardan para que generen la misma energía que antes teníamos con las hojas. Pero una vez que lo consigamos, no tendremos que estar constantemente metiendo troncos. Y solo necesitaremos 1 o 2 viajes diarios al sótano a por más troncos de forma que todo el proceso de mantener vivo el fuego es mucho más efectivo.
Pues algo similar pasa con las cetogénesis, que es la creación de cuerpos cetónicos en el hígado, o cetonas. Estas cetonas son las que en ausencia de hidratos de carbono, descomponen las grasas y las convierten en glucógeno (gluconeogénesis) que transportan al cerebro y al resto del cuerpo.
Siguiendo el símil de la hoguera a la inversa, si de repente dejamos de consumir carbohidratos, y se agota el glucógeno hepático (se agotan las hojas), nuestro hígado no estará adaptado en la creación de cuerpos cetónicos, y tendremos que esperar a que los genere (necesitamos tiempo para ir al sótano a por troncos). Este tiempo de adaptación en el que agotamos el glucógeno hepático, pero no tenemos cetonas, es el más duro. Ya que nuestro cerebro tiene un déficit de energía, y se sufre malestar, dolor de cabeza, neblina mental, cansancio extremo, etc… Es lo que comúnmente se le llama “Gripe Keto” (la hoguera está a punto de apagarse) y que experimenta la mayoría de la gente que entra por primera vez en cetosis. Sin embargo cuando empezamos a generar cetonas de forma regular manteniendo la insulina baja mediante el consumo de grasa y reduciendo el número de comidas diarias (1-2 viajes diarios al sótano), y estas empiezan a realizar su función (los troncos prenden), es cuando notaremos una gran mejoría. Y si nos mantenemos en el tiempo así, iremos quemando la grasa acumulada (agotando los troncos del sótano).
Mientras nos privemos de hidratos de carbono, la energía la seguiremos extrayendo de la grasa a través de las cetonas.
Así que en esto consiste la cetosis. En un estado metabólico en el que la energía principal del cuerpo se obtiene directamente de la grasa. ¡Voilá!
Flexibilidad metabólica. De Saiyan a Super Saiyan (O de “Guerrer” a “Superguerrer”)
La cetosis es un estado totalmente natural y efectivo para nuestro cuerpo. El cerebro funciona mucho mejor con cetonas que sin ellas, de hecho, las cetonas protegen al cerebro de hipoglucemias. Es tremendamente difícil que te dé una “pájara” estando en cetosis. Y sino que se lo digan a mi amigo David Casinos, 5 veces medallista paralímpico, y diabético tipo 1, que puede permanecer en niveles supuestamente de hipoglucemia que asustan a sus médicos, y sin embargo no sufre absolutamente ningún síntoma dado que tiene un nivel alto de cetonas en sangre. Lleva años en cetosis y asegura que este estilo de vida le ha dado una libertad y un control total sobre su salud que no había tenido antes.
Estar tanto tiempo en cetosis provoca que tu cuerpo se “cetoadapte”, y que sea, por decir de alguna manera, su ruta metabólica por defecto. Se hace un uso muy efectivo de las cetonas y uno puede saber que está en cetosis, porque puede ayunar sin pasar hambre, puede hacer deporte en ayunas sin mermar el rendimiento, y también se puede saber si las mides en sangre con un método igual al de medir la glucosa. Cuando alguien está cetoadaptado puede consumir hidratos de carbono, y salir levemente de cetosis y volver a entrar en poco tiempo. O incluso ni siquiera salir.
Esto se llama flexibilidad metabólica: Tu cuerpo hace uso de la ruta metabólica que sea necesaria, ya sea consumiendo el glucógeno hepático o ya sea la grasa.
Cada día hay más deportistas como David Casinos, que se interesan por este estilo de alimentación y por alcanzar la flexibilidad metabólica, para no estar dependiendo de comer cantidades ingentes de hidratos, tener que meter glucosa en entrenamientos, y otras barbaridades que les están destrozando la salud, por mucho deporte que hagan.
Hay que mencionar que existe la cetoacidosis diabética, un panorama bastante negativo y tóxico, que hace que la sangre se vuelva ácida, pero es algo que solo le puede pasar a los diabéticos tipo 1 y muy mal se tienen que hacer las cosas para llegar a ese punto.
El ayuno
Cuando empecé este tipo de alimentación, también lo hice con el ayuno intermitente. Justo lo que NO hay que hacer. Si además de empezar a privarte de hidratos, te pones a ayunar, el estrés y el cortisol se te van a salir por las orejas y la «gripe keto» va a ser de aúpa. Y así me pasó, el primer día lo pasé fatal.
Después ya fue mejor, y en poco tiempo hacía ayunos de 16 horas, y ventanas de ingesta de 8h. Pero tuve que pasar a ayunos de 20h porque si meriendo algo, no puedo entrenar con el Killer sin arcadas. Y desde entonces me va de maravilla.
El ayuno tiene multitud de beneficios. Algunos son:
- Retrasa el envejecimiento
- Reduce la inflamación
- Reduce el nivel de los triglicéridos
- Aumenta la sensibilidad a la insulina
- Autofagia (Hay dos premios Nobel al respecto)
- Aumenta la hormona del crecimiento (protegiendo nuestro tono muscular)
Ayunar no consiste en comer menos, sino en comer menos veces al día pero la misma cantidad de nutrientes necesaria. Con esto, dejas descansar al sistema digestivo, y además mantienes mucho más tiempo la insulina a raya. Otra vez más, no se trata de déficit calórico en primera instancia, sino de la respuesta hormonal que supone no ingerir alimentos durante un periodo de tiempo. ¿Habrá déficit calórico? Por supuesto, pero primero con las puertas abiertas para quemar grasa.
Viendo que los ayunos me sentaban tan bien, empecé a interesarme por los ayunos prolongados, que son aquellos que tienen una duración de más de 48 horas. Potencian mucho más los beneficios y las sensaciones son espectaculares.
Para mi primer ayuno prolongado contraté una asesoría a un nutricionista que me dio todas las pautas a tener en cuenta antes, durante y después del ayuno. Y desde entonces ya he hecho bastantes, el más largo de 72h. Nunca hago ayunos prolongados si antes no me he nutrido bien, si estoy pasando por un periodo de estrés, o si no voy a tener la seguridad de poder salir del ayuno con la nutrición adecuada. Jamás se ha de emplear el ayuno para compensar una salida de cetosis (comerse una paella, irse de cervezas, etc…)
Como ves, el ayuno nada tiene que ver con inanición, pasar hambre, ni nada de lo que en su momento se vio en los deplorables programas de televisión que emitieron al respecto, eso sí, contando con la supervisión de médicos que formaban parte de la plantilla de Nestlé que recomendaban galletas para salir del ayuno. El lobo cuidando del rebaño.
Cómo comer. Que lo perfecto no sea enemigo de lo bueno:
Básicamente he cambiado la forma de comer, lo que como y cuántas veces como.
En este estilo de alimentación hay unas directrices a seguir para quienes quieren empezar, puedan hacerlo de la manera más fácil. Básicamente hay que comer los macronutrientes en estas proporciones:
Grasas saludables: 70%
Proteínas: 25%
Hidratos de Carbono de bajo índice glucémico: 5%.
Y se recomienda no superar en 20 gr. al día los hidratos de carbono.
Hay aplicaciones de móvil que te ayudan a llevar la cuenta, y muchas personas se aclaran así mejor, pero sinceramente yo nunca las uso. Me lo como todo a ojo. Y de momento no me ha ido nada mal.
Además de los macronutrientes hay que tener en cuenta los micronutrientes (vitaminas, minerales, etc.), por eso es importante que los alimentos sean de origen lo menos procesados posible. Lo que hoy en día se le llama “comida real”. Y no, esto no es el Realfooding, es mejor. Hay que evitar alimentos altos en hidratos, almidones y azúcares (pan, pasta, patata, cebolla, zanahoria, arroz, fruta, leche…), así como alimentos inflamatorios altos en omega-6 (cereales, legumbres, margarinas, aceite de girasol, etc…). También es importante tener en cuenta el índice glucémico de los alimentos que sirve para medir la velocidad con la que dicho alimento eleva la glucosa.
Se restringen ciertos alimentos, pero favorece el consumo de muchos otros:
Carnes de pasto, pollo de corral, pescado azul, mariscos, moluscos, huevos, setas, verduras, quesos curados, grasas saludables (aceite de oliva, aceite de coco, mantequilla, aceitunas), frutas silvestres (fresas, moras, frambuesas, etc…), en definitiva ricos en micronutrientes(vitaminas, selenio, calcio, potasio, magnesio, omega-3, etc…)
Y lo cierto es que no soy totalmente estricto. Soy fiel a la frase que me enseñó mi hermana Carmen y que me acompaña desde entonces en todas mis decisiones. Gracias 😉
“Que lo perfecto no sea enemigo de lo bueno”.
Por ejemplo, de momento soy incapaz de dejarme por completo el edulcorante. Lo perfecto es no tomarlo, pero he encontrado un edulcorante natural, el eritritol, que está bueno, endulza menos y no eleva la insulina. O por ejemplo no siempre dispongo de carne de pasto o pollo de corral, pues entonces como la del supermercado aunque sea menos nutritiva.
Por mi parte he encontrado una manera de alimentarme que me hace feliz, me da mucha libertad y disfruto mucho. Y siempre como hasta saciarme. No cuento calorías, ni falta que hace. Esto es lo más parecido a comer todo lo que quieras sin engordar.
Aunque uno de los efectos que he notado es que con el tiempo, cada vez me sacio antes. Nuevamente, el cuerpo trabaja para mantenerse sano, nivelando en este caso las hormonas leptina y grelina que regulan la sensación de saciedad y del hambre respectivamente.
¿Y qué pasa con el colesterol?
Jeje, estoy seguro que con toda la grasa que como, más de uno se lo estaba preguntando. Pues en los últimos análisis ya me salió el LDL alto. Lo cual en un contexto de estilo de vida cetogénico con hábitos saludables, no me supone ningún problema, ya que los índices aterogénicos son correctos.
Al LDL, se le llama incorrectamente “colesterol malo”, porque es en teoría el que genera riesgo vascular. Sin embargo dicho riesgo vascular no se puede determinar solo por el nivel de LDL.
El LDL se acumula en las arterias cuando existe un daño arterial, y lo hace para reparar dichas arterias. ¿Y quién provoca estos daños arteriales? ¡Pues los malos hábitos! Fumar, beber alcohol, comer ultra procesados y azúcares, vida sedentaria, etc…
Es por esto que solo tendremos que alarmarnos si también tenemos otros marcadores a niveles preocupantes, como son los triglicéridos, hemoglobina glicosilada (HbA1c), proteína C reactiva, índice aterogénico, etc…
Ya no es mi caso.
Como leí en un libro, el LDL es como los bomberos, que acuden a un incendio a apagar el fuego. A nadie se le ocurre echar la culpa a los bomberos del incendio, sin embargo, al LDL sí le están culpando.
Por esto creo que sería importante que los médicos dejasen de recetar estatinas a diestro y siniestro basándose únicamente en el LDL. Algo que es preocupante.
Llegados a este punto, creo que es el momento de empezar a repartir «estopa».
Lo que dicen los profesionales
Este fue uno de los puntos en los que más resistencia inicial encontré. Mi endocrinóloga, lo primero que me dijo cuando le conté que estaba haciendo alimentación cetogénica, es que no debía de comer menos de 150 g. de carbohidratos al día.
Contraté los servicios de una conocida clínica de nutrición deportiva en Valencia porque me aseguraron que me podrían ayudar con este estilo de alimentación y me dijeron que llevaban a otros deportistas con dietas cetogénicas, y si embargo en la primera visita el nutricionista me contó toda la milonga del déficit calórico, y que si llevaba 2 meses en cetosis, ya era momento de volver a introducir carbohidratos. Ya no volví.
No conseguí encontrar a un endocrinólogo o nutricionista que me ayudara con todas las dudas que me iban surgiendo al principio. Sin embargo, yo veía que con lo poco que al principio sabía, iba perdiendo mucho peso y me encontraba muchísimo mejor. Y fue cuando decidí seguir estudiando por mi cuenta, leyendo a médicos de Estados Unidos, donde la obesidad ya afecta a un 42% de la población y la diabetes tipo 2, a un 9,3%. Acojona.
Después ya fui conociendo profesionales de España, doctores, nutricionistas, farmacéuticos, etc, que se dedican a divulgar sus conocimientos al respecto y con quienes he aprendido mucho. Aunque la mayoría de los españoles han aprendido de los mismos con los que yo empecé, de los médicos de USA.
También conozco a muchos que han revertido enfermedades como la diabetes tipo 2, gracias a este tipo de alimentación, o con diabetes tipo 1 consiguiendo hacer una vida prácticamente en “normoglucemia”.
O sin ir más lejos, mi hermana Carmen, diagnosticada con endometriosis, enfermedad autoinmune y crónica, que desde que sigue este estilo de vida, además de perder peso, ha conseguido reducir su inflamación abdominal, hinchazón de piernas y ha dejado de tener fuertes dolores menstruales. Ah, y también ha percibido mejoría en la piel y le ha desaparecido la sensación de agotamiento al final del día. En definitiva se encuentra muchísimo mejor.
Y por supuesto a mucha gente que ha revertido su obesidad y hacen vida sana con su nuevo cuerpo, como yo.
Me parece maravilloso que haya tanta gente recuperando su salud, tan solo modificando sus hábitos alimenticios, sin tener que atiborrarse a medicamentos.
¿Por qué la medicina por norma general no contempla usar la alimentación como parte activa de sus tratamientos? Hipócrates dijo “Que tu medicina sea tu alimento, y que tu alimento sea tu medicina”. Parece que interesa mucho más, tratar los síntomas de las enfermedades que curarlas en su origen.
¿Por qué las autoridades sanitarias avalan una alimentación que a la larga perjudica la salud, y penalizan los alimentos que nos curan? Parece que la pirámide nutricional favorece más a intereses comerciales que sanitarios.
¿Por qué ante la evidencia científica de los beneficios del ayuno con la autofagia contra las células cancerígenas no se tiene en cuenta? Parece ser que interesa mucho más prescribir medicamentos que ayunar. (Evidentemente ayunar solo beneficia a quien ayuna)
Para mi, la llegada de la vacuna contra el COVID fue un alivio, me vacuné sin dudarlo, pero si el virus tenía menor incidencia en quienes tenían mejor salud, ¿por qué no se insiste en fomentar esa salud del mismo modo en que se insiste en las restricciones? Lo de los estancos abiertos y los gimnasios cerrados fue para mí el colmo.
Hace poco en el supermercado hablaba con una vecina que todavía tenía mucho miedo porque ella era población de riesgo, sin embargo no tenía miedo a todo lo que llevaba en el carro de la compra. Y desde luego que no era culpa suya.
No puedo dejar de mencionar el caso de mi madre, por mucho que me entristezca. Mi madre era diabética tipo 2, aunque se medicaba sin pincharse insulina, y tenía hipotiroidismo. Sin embargo nunca había estado ingresada ni había tenido ningún achaque considerado grave. De repente empezó a tener un dolor y un hinchazón abdominal, por el que fue a varias visitas al Centro de Salud. En la última visita con su médico de cabecera y con los análisis delante, le recetaron Omeprazol, y no pensaron en que fuese nada preocupante para acudir a urgencias. Pocos días después convencimos a mi madre para llevarla a urgencias. La ingresaron diagnosticada con un carcinoma peritoneal (Cáncer), y a los 3 meses, el 26 de julio de 2021, falleció de un paro cardíaco.
Aunque lo del Omeprazol es de traca, tengo claro que el fallo no estuvo ahí. Posiblemente el fallo empezó hace muchos años. Porque muchas enfermedades se desarrollan a lo largo del tiempo, muy poco a poco. Muchas veces me pregunto cuánto de importante ha sido el factor de alimentación durante toda su vida en el desenlace final.
Y ya lo comenté en mi “Carta al Hospital Clínico Universitario de Valencia”. La nutrición en los hospitales como parte de la recuperación de los enfermos es nula. También me pregunto si una alimentación más nutritiva le habría dado a mi madre más oportunidades de recuperación.
Soy totalmente fiel a la medicina, a la ciencia y a todos los avances que permiten vivir más y mejor. Sin embargo, tengo prácticamente la certeza de que hoy en día, la medicina hospitalaria se preocupa más por tratar los síntomas que el origen de una enfermedad.
Cuando empezaron los preparativos para enviar a mi madre a casa, una enfermera me enseñó todo lo relativo al tema de pincharle insulina. Me enseñó cuánta cantidad había que pinchar, las veces que había que hacerlo, los límites para aumentar o reducir la cantidad…Sin embargo, nadie se preocupó de dar pautas alimenticias para tratar de bajar la dosis de insulina.
Hoy en día a los diabéticos solamente se les enseña cómo regular la glucosa una vez la tienen en sangre, pero no les enseñan a tener la glucosa regulada sin necesidad de pincharse.
Sinceramente, mientras la insulina inyectable, los ultraprocesados, y comer a todas horas, sea más rentable que tener una población sana, le veo una mala solución al problema.
Es cierto que me estoy “metiendo en un jardín”. En realidad todo este post es un “jardín”. Soy consciente de que no soy médico ni nutricionista, ni tengo autoridad científica para contar nada de lo que estoy contando, pero tengo constancia de muchísima gente que está recuperándose de multitud de enfermedades metabólicas y algunas consideradas crónicas, y no puedo evitar contar esto por aquí. En cualquier caso, ya lo he dicho al principio: NO TE CREAS NADA E INVESTIGA.
Mi nueva vida.
Quiero recalcar que aunque a mí me haya resultado relativamente fácil, no estoy diciendo que lo sea. Lo cierto es que cuando me di cuenta de lo bien que me estaba funcionando todo esto, mi instinto fue el de intentar ayudar a otras personas de mi alrededor en una situación similar, pero esto no es tan fácil. Cambiar el chip de los hábitos de repente es lo más complicado. Hay gente a la que le cuesta comer tanta grasa, otra que no consigue dejar la fruta o el azúcar, o que no pueden vivir sin cerveza o sin pan. Sin embargo, conforme ha ido pasando el tiempo, muchas de esas personas de mi alrededor, al ver mi evolución, se han ido interesando y unas cuantas se han lanzado a hacer el cambio. Algunas lo han dejado y otras siguen y con muy buena evolución. A cada uno le tiene que llegar su momento del «click».
Habrá mucha gente que no necesite nada de esto para perder peso, o que con simplemente hacer pequeños cambios ya mejorará su salud. Posiblemente sí es un gran remedio para quien ya tiene muy mermada su salud metabólica. Ojalá yo lo hubiese conocido antes. Mi vida ha cambiado.
Ha sido como cambiar de cuerpo. El cambio para mí ha sido un cambio tan rápido que me miro al espejo y todavía no me reconozco, aunque si miro la foto de la izquierda tampoco me reconozco. Estoy experimentando cosas nuevas como:
- El placer de ver cómo la ropa te va viniendo grande, y cada vez que vas a comprar ropa nueva, necesitas una (o dos) tallas menos. Tengo que renovar absolutamente todo el armario (? ?).
- Físicamente me han aparecido músculos que nunca se habían manifestado y cuando me van a extraer sangre, me encuentran las venas a la primera. Antes no había manera.
- Poder sentarme en cualquier silla de terraza, del cine o del teatro sin miedo a que no me quepa el culo.
- La cetosis y el ayuno me hace sentir chutes de energía que no había sentido nunca.
- La claridad y el foco mental continuos no dejan de asombrarme. Van muy bien para programar.
- Solo pienso en comida cuando tengo hambre de verdad, y cada vez me sacio antes. No he vuelto a tener sensación de hambre incontrolable.
- La calidad de lo que como se ha convertido en una prioridad, pero tengo la opción maravillosa de ayunar cuando no tengo opciones de comer de forma mínimamente nutritiva.
- Y lo mejor de todo. Al contrario de cómo contaba al final del post del año pasado, he empezado a vivir sin ese «miedo» y muy esperanzado.
¿Y cómo compatibilizar esto con las relaciones sociales? En mi caso ha sido fácil, entre otras cosas por la comprensión y el apoyo de todo el mundo. Sabían dónde estaba metido. Pero aun así, siempre hay opciones válidas para comer en cualquier sitio, hasta en un restaurante italiano. Siempre teniendo en cuenta lo de “que lo perfecto no sea enemigo de lo bueno”. También es verdad que siempre me voy a las opciones de carnes y pescados de la carta, que son más caras, pero como ya no tomo postre, suelo compensar en el precio. En cualquier caso, comer en casa se ha convertido en mi opción favorita.
Hay algo que muchos me preguntan: ¿Qué pasa con la piel después de perder 60kg tan rápido? Pues yo mismo estoy asombrado. No me cuelga la piel como podría haber imaginado al principio. Evidentemente no la tengo totalmente pegada al músculo, y en algunas posturas, pues sí es más antiestética, pero lo cierto es que la piel, para mi que la tengo bastante en su sitio. Una de las explicaciones que he encontrado, precisamente es el de toda la actividad física, que favorece el riego sanguíneo que a su vez favorece la recuperación de la elasticidad.
Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención de todo es que a veces alguien se preocupa por mi salud, al ver en la redes sociales lo que como. Precisamente ahora, que como comida de verdad, que no consumo harinas refinadas, ni azúcar, ni ultraprocesados. Si desayuno panceta con huevos ecológicos fritos, o me como un buen chuletón de buey, o si publico que he ido a correr estando en ayunas de 48 horas, hay gente a la que le preocupa. Pero si desayunase Nesquik con magdalenas, me comiese un menú en el Burger King, o cenase pizza del Domino´s con Coca-Cola, a nadie le resultaría preocupante. Si en realidad no culpo a nadie. Nos la han metido doblada, y vemos totalmente normal meternos en el cuerpo productos comestibles que no son ni de lejos alimentos
Bueno, quizá ha llegado el momento de ir terminado, que esto se está haciendo larguito…
Por una parte, ha sido un año muy duro y raro:
Marcado por la enfermedad y pérdida de mi madre de forma tan repentina. Y estas situaciones a todos nos hace pensar que en cualquier momento todo se puede acabar. Yo sigo en mi empeño de permanecer en este mundo el mayor tiempo posible con la mejor calidad de vida posible y rodeado de la gente a la que más quiero, pero nunca se sabe cuándo la vida dice “hasta aquí”. De momento voy a tratar de seguir por este camino en el que todavía tengo mucho que aprender, muchos retos que superar, y ojalá, mucho que vivir.
Por otra parte (llega el bombazo final):
Hace poco viví uno de los momentos más bonitos e inesperados de mi vida. Y digo inesperados, porque es que ni se me podía pasar por la cabeza que algo así me pudiera ocurrir a mí.
¡CLARA ME PIDIÓ MATRIMONIO! ¡Qué! ¡¿Cómo te quedas?!
En mitad de un fin de semana romántico en el que me invitó a pasar en un hotel nuevo chulísimo, al final de una cena espectacular en la terraza de la habitación, sacó un Apple Watch y me preguntó si quería casarme con ella. Menuda cara de gilipollas que se me quedaría en ese momento. Me puse nerviosísimo, sabía lo que quería decir, pero no me salía. Le pregunté si iba en serio (imbécil de mí). Y por supuesto que le respondí que sí. Acto seguido Clara sacó una cajita, y me dijo: -«Vale pues ahora ponme el anillo». Ole, ole, todo salió como ella quería, ni un «pero». Menuda jefa. ¡Si es que es única! Lo cierto es que me siento tremendamente orgulloso de que fuese ella quién me lo pidiese. Pero que conste que yo tenía pensado hacerlo ¿eh?
Así que lo primero que tengo en mente para el año que viene es que me voy a casar con Clara Montesinos. ¡Chúpate esa!
De momento soy todo un Homo Sapiens con Apple Watch.
Algunas referencias documentales:
«El Código de la Obesidad» Dr. Jason Fung
«Cerebro de Pan». Dr David Perlmutter
«Dieta Cetogénica: El protocolo de una alimentación efectiva» Carlos Stro
Documental Fat Fiction en YouTube
Canal Dr. Jason Fung en YouTube
«La Guía completa del ayuno». Dr. Jason Fung
Algunos perfiles de Redes Sociales de referencia:
@vidaenketo | @davidperlmutter | @drmarkhyman | @DrSarahHallberg | @ProfTimNoakes | @miguelambrona | @thephilhugo | @nutrillermo | @ernestoprietogratacos | @fullmusculo | @jotalowcarb | @carlos_stro | @aitoralarcontrainer | @javi__go | @lanutricionadora | @mariapelazas
Richard dice
Cuanto me has enseñado este año sobre la dieta que estás siguiendo y que alegría me has dado al final del post !!!! Enhorabuena!!!! Me alegro infinito por los dos!!!! Ahora Cooper tendrá padastro oficialmente
Fuerte abrazo
José Ramón Sahuquillo dice
¡Muchas gracias!
Enhorabuena Sahuqui ???????? me ha encantado el post ,tu cambio y manera de ver la vida y sobretodo el final del mismo .
Enhorabuena chicos,soy muy fan de lo que escibís.
Que Viva los Novios ??♀️??❤❤❤
¡Muchísimas gracias!
Hola José Ramón!!
Honestidad, coraje , pasión, convicción, empatía, …. es lo que me transmite tu post, incluidos bajada de cortisol y subida de dopamina ? !!
Me encanta la apertura mental con la que cuestionas e investigas creencias a nivel colectivo y que están tan lejos de nuestra salud , sin duda los intereses económicos de algunos tienen más peso que el interés por el bienestar general.
Enhorabuena por todos tus logros, incluido el matrimonio , se siente mucho amor en todo lo que cuentas ✨?✨
Un gran abrazo y muchas gracias por la alegría e inspiración que transmites!!
Josune.
Lo digo muchas veces: La gente sana no es rentable. ¡Muchas gracias Josune!!!Tengo la serotonina, la dopamina, las endorfinas y la oxitocina que se me sale por las orejas!!!
Ese Sahuqui ahí!!!! Jejejej muy grande amigo!! Al final no coincidimos en la Segunda dosis porque me retrasé ??.
¡Muchas gracias!
Gracias José Ramon, no nos conocemos pero tenemos algún conocido en común, a mis 48 años acabo de sufrir un inesperado infarto debido al tabaquismo así que llevo ya una buena temporada sin fumar y como he visto que se me da super bien el ponerme a la faena de abandonar malos hábitos, pues ahora le toca el turno a esos kilitos que me vienen sobrando desde hace tiempo.
Tus post me ha dejado totalmente anonadado, aunque había leído algunas cosas en la época de DUKAN creo que se llamaba pero me pareció muy estrambótico el tema, pero tu lectura me ha disparado el clic, así que muchas gracias y voy a investigar a fondo. Mucha suerte y bienvenido al club de los felizmente casados con grandes jefas!!
¡Hola! Me alegro de este cambio de hábitos. Lo de la dieta Dukan, si no me equivoco estaba basada en consumir muchas proteínas y mucha restricción calórica lo cual no es nada saludable. No está en la línea de una alimentación cetogénica. Muchas gracias por tu mensaje. Si quieres investigar, empieza por los libros de referencia que indico al final del post. ¡Saludos!
Compañero José Ramón:
De nuevo, he vuelto a leer tu post y he de decir que era como leer sentimientos que he vivido desde mi infancia, de la mano de otra persona. Bendito «click» (del que hemos conversado alguna vez) el que se nos encendió en nuestra vida a tod@s l@s que hemos hecho de keto nuestro estilo de alimentación y que ha supuesto un cambio de rumbo en nuestras vidas.
Ya solamente falta, que hagas de lo perfecto, lo bueno, jejejeeje.
Sigamos cambiando vidas en este 2022 y que la boda sea todo un éxito, compañero.
Muchas gracias por tu comentario, y muchas gracias por todo lo que ayudas a los demás. ¡Yo he aprendido mucho de ti!
Ese «click» lo cambió todo para siempre y es una de las cosas que más felicidad me están dando.
Como bien dices, ¡sigamos cambiando vidas!