Ahora que tengo tu atención, decide si quieres ir al grano haciendo click aquí, sino te cuento cómo me ha estado yendo respecto a lo que conté en mi post anterior. Pero te adelanto, que sí, que he encontrado trabajo por Wallapop.
Retomando capítulos anteriores…
Lo que sí voy a contar ya, es que Clara y yo todavía no nos hemos casado. Nos lo hemos tomado con calma. Antes decidimos poner a prueba nuestro amor con una reforma en casa, y aun así, todo apunta a que habrá boda en breve.
Por otra parte, en cuanto a salud, sigo a tope con mi estilo de vida cetogénico, porque ya no concibo otro. De todos modos, he ido adaptando dicho estilo de vida “escuchando” mi cuerpo. Y sigo haciendo ayuno intermitente a diario, aunque ya ni siquiera cuento horas de ayuno. Cuando tengo hambre, como.
Lo que sí he reducido son los ayunos prolongados. Antes lo hacía prácticamente todas las semanas de 48h, aproximadamente, con un objetivo principal de pérdida de peso. Pero llegó un momento en el que consideré que ya estaba abusando de los mismos, y ahora los hago mucho más separados, pero más largos, con el objetivo de alcanzar la autofagia para mejorar mi salud en general. De hecho he empezado a escribir este artículo en ayunas de unas 38h, y todavía no sé cuándo terminaré, porque mis sensaciones de momento son buenísimas.
A raíz de mi post anterior muchísima gente me ha escrito, agradeciendo haberles descubierto este estilo de vida, o preguntándome dudas, o simplemente saber cómo empezar. Y dada la conexión que tengo con muchas personas que practican este estilo de vida, puedo constatar día a día cómo están recuperando su salud, a nivel metabólico, hormonal, mental, etc…
Este año he dedicado mucho tiempo a ayudar a quienes querían empezar, a quienes tenían dudas, y de alguna manera he levantado mi pequeña cruzada contra el Status Quo de las directrices nutricionales, que actualmente imperan y que son culpables de que muchísima gente esté perjudicando su salud, apoyadas por médicos y nutricionistas que son incapaces de reciclarse, o de retractarse porque, de ese modo, tendrían que pedir perdón. Afortunadamente cada vez hay muchos más médicos y nutricionistas que ya divulgan y practican su profesión adecuándose a todas las evidencias y estudios científicos que van surgiendo.
Y por supuesto, sigo dedicando mucho tiempo a aprender y a experimentar. Porque mi estado actual no es el mismo que hace un año ni el de hace dos, y lo que me valía en ese momento, no es lo mejor ahora, y voy adaptándome a mis circunstancias.
Este verano Pau Ninja me hizo una entrevista en su podcast contando mi experiencia con la pérdida de peso, y tuvo mucho impacto en gente que se encontraba con mi misma situación de hace unos años y me consta que también ayudó a mucha gente.
Por supuesto, también me encuentro con detractores, alguno hasta ha llegado a decir que lo que hago es muy peligroso, o gente cuya religión es la de contar calorías. Me podrán convencer de que otras cosas pueden funcionar mejor, pero que alimentarse priorizando nutrientes es peligroso, o que para perder mucho peso lo más importante es contar calorías, que en realidad no podemos contar, dudo que sean argumentos me convenzan.
Ah! Y sigo a tope con el deporte. Sigo con los “Killer Trainings”, entrenando con mi hermana a muerte (casi). Aunque he tenido que dejar aparcado el remo por un tema puramente de agenda. Los días de entrenamiento no me cuadran.
Y en su defecto, me he apuntado con Clara a Crossfit. Llevo un par de semanas. Y puedo decir que es bastante divertido, y que aunque es duro, entrenar con “El Killer” lo es más. El primer día, cuando el entrenador dijo “¡Dos minutos y medio de descanso!”, pensé, ¡menudo regalo!
Vale, ¿pero qué ha pasado este año?
Pues os cuento.
Cuando era pequeño, me apuntaron a una academia de inglés del barrio: “London House”. Me encantaba ir, porque tenía una profesora de la que estaba enamorado. Cosas de niños. Pero también me gustaba mucho el inglés. Y en el colegio sacaba muy buenas notas y pronunciaba mejor que los profesores.
Desde siempre el inglés como asignatura me fue bastante bien. Para mí era una de las asignaturas “Marías” en el instituto, e incluso en la Universidad teníamos inglés técnico enfocado en la profesión y nunca fui a clase, pero aprobé los exámenes sin problema.
Después ya empecé a trabajar, y nunca necesité el inglés hasta que me reconvertí en programador hace unos pocos años. Entonces fue cuando volví a necesitarlo de verdad. Y no me iba mal, pero en realidad solo lo necesitaba prácticamente para escribir o para leer, ya que hasta los vídeos los ponía con subtítulos. Y así iba yo por la vida, confiando en que el inglés se me daba bien y que no suponía para mi ningún problema.
Pero el guantazo de realidad me llegó cuando hice una entrevista para una empresa en la que soñaba trabajar. La prueba de código que presenté les gustó, y solo tenía que pasar una entrevista para ver mi nivel de inglés. Empecé confiado, pero enseguida me di cuenta de mi error. Muchas cosas que me decían no las entendía (¡no tenían subtítulos cuando hablaban!), y muchas cosas que quería decir, no me salían porque necesitaba traducirlas primero en mi cabeza. Me faltaba comprensión y pero sobre todo fluidez hablando. No pude acceder a ese trabajo soñado.
Desde entonces, me propuse darle caña al inglés, pero sinceramente, no es fácil encontrar más horas en el día para dedicar a reforzarlo, el trabajo, el deporte, la familia, y el día a día en general. E ir a otro país de inmersión lingüística, a priori se me hace bastante más complicado de momento.
Hacía tiempo que pensaba que, al igual que hay empresas que contratan a desarrolladores junior, quizá, ante la demanda laboral existente, habría empresas que contratasen a desarrolladores ‘Senior’, pero ‘Junior’ en inglés. Cuando contratas a un desarrollador junior, hay un compromiso por parte de la empresa de enseñarle, y un compromiso por parte del desarrollador de aprender y desarrollar todo su potencial a medida que va aprendiendo.
Y digo yo ¿No le interesaría a ninguna empresa contratar a alguien “Senior” con un nivel “Junior” de inglés? Si el empleado va a trabajar 100% en inglés, y le pone empeño, desde luego que va a acabar hablando inglés. Y la empresa tendrá que invertir tiempo en hacer entender las cosas, y la paciencia de entender lo que ese empleado intenta comunicar. Una vez la comunicación y el entendimiento se establece correctamente, el trabajo de desarrollo en sí debe de ser el de un “Senior”.
Pero la realidad (lógica también) es que cuando una empresa cuya lengua principal es el inglés, publica una oferta laboral, en sus requisitos siempre ponen “English fluent”. O a veces ni eso, porque se da por sentado.
Wallapop
Cada vez uso menos Wallapop. Sobre todo para vender. Pero a veces cuando quiero comprar algo y no me importa que sea de segunda mano, lo busco primero ahí.
En agosto del año pasado, estuve buscando un “Apple Magic Trackpad 2” (un touch pad externo). Yo tenía el 1, pero es a pilas y es un rollo tener que estar cargando y cambiando pilas cada dos por tres. Encontré uno por 75€ (nuevo vale unos 135€), y pregunté si el precio se podía negociar. La primera respuesta de la vendedora fue que me lo dejaba en 60€. Así que me pareció muy buen precio y acepté.

Quedé con ella, ya que vivía en Valencia. Tenía nombre y acento extranjero. Tras hacer el “intercambio”, me preguntó:
+ ¿Tú no serás programador?
– Pues da la casualidad de que sí. ¿Por?
+ Pues es que mi marido también es programador y busca programadores para su empresa. ¿En qué lenguaje programas?
– Pues en Ruby y en JavaScript sobre todo.
+ Me suena a que mi marido también programa en “eso”. ¿Te importa si le paso tu teléfono?
Son estos instantes inesperados en los que a uno se le enciende la luz. Estos son los momentos que me encantan. En los que piensas: “A ver dónde me lleva esto si tiro del hilo.”
Yo estaba contento en mi trabajo, además estaba aprendiendo muchas cosas nuevas, pero no me gusta desperdiciar oportunidades. Y ya era casualidad de que también trabajasen con Ruby, porque no es un lenguaje de programación muy común en España.
– ¡Claro! Dáselo y que me llame.
Así quedó la cosa. Pasaron unos meses. Ya ni me acordaba de este tema. Pero en diciembre recibí un email en inglés del marido de la vendedora del “trackpad”. Explicando dónde trabajaba y que estaba buscando desarrolladores de Ruby. Trabajaba como CTO para una empresa de USA. Le agradecí la oferta, pero le contesté que mi nivel de inglés, sobre todo hablado, era algo limitado pero que si aceptaba mi actual nivel con la promesa de ir mejorando, me podría interesar la oferta.
Acordamos una entrevista en persona para conocernos y evaluar mi nivel de inglés. Quedamos en un bar muy ruidoso, lo cual dificultó mucho la comprensión, pero mi nivel fue aceptable. Aprovechó para hacerme preguntas técnicas, y me pidió algún proyecto del que pudiera ver el código. Yo le hice preguntas sobre la empresa, la actividad y en definitiva, saber qué podía aportar yo en mi día a día allí. También tuve una entrevista con el Vicepresidente desde USA, y después de todo, me dijeron que si quería, estaba contratado. Pero había que esperar un tiempo a montar la estructura de la empresa en España para contratarme.
Este es el punto de las decisiones difíciles. Ya lo he dicho antes. Yo era feliz en mi trabajo de entonces, estaba aprendiendo mucho, y también es una empresa que me apoyó mucho en momentos complicados, lo cual les he agradecido mucho, pero cuando me empeño en algo, no hay manera de quitármelo de la cabeza. Será casualidad, pero que este año me haya propuesto conseguir fluidez en inglés, y que una empresa de USA en la que no se habla ni ‘papa’ de español me quiera contratar, es algo que no podía desaprovechar.
Siempre existe el riesgo de que la empresa a la que te vayas, sea un desastre y te arrepientas, o que finalmente no encajes y te despidan a los pocos días. Lo cierto es que cuando comuniqué a mi empresa mi salida, me dejaron las puertas totalmente abiertas por si quería volver.
Y seamos honestos. Hoy en día en el sector del desarrollo de software, no hay prácticamente paro, y encontrar un nuevo trabajo es relativamente rápido. Así que el riesgo era totalmente asumible. Y lo asumí.
Quedé a la espera de que me avisasen para cuando me pudiesen contratar. Mientras tanto yo seguí a lo mío. Y ahora, con el propósito de ser “English fluent” mucho más claro. Por lo que empecé a aumentar esfuerzos en ello.
A «topísimo» con el inglés
Clara se subió al carro y decidimos integrar el inglés en el día a día familiar, incluyendo a Minisahuqui.
- Desde principios de año, en casa empezamos a ver todas las películas y series solo en inglés, de momento con subtítulos en inglés también.
- Usamos YouTube en la tele para ver los “Late Night” de USA que la verdad es que son super divertidos.
- En una bajada de notas de MiniSahuqui, se quedó sin jugar con el ordenador ni poder usarlo para ver vídeos o streams. Pero le he dejado usarlo si ve vídeos en inglés y se pone los juegos todo en inglés. Al principio no le molaba, pero ahora está totalmente acostumbrado y ha descubierto canales que le flipan.
Por mi parte también hice pequeños cambios, como cambiar el idioma de todos los dispositivos (móvil, ordenador, etc…) y disfruto de muchos otros canales de noticias y tecnología en inglés.
También leo todos los libros en inglés en el Kindle que me permite obtener las traducciones al instante de las palabras que no entiendo.
Todas estas cosas, ayudan muchísimo a ir acostumbrando el oído e ir mejorando mucho la comprensión, lo cual es fundamental. Y es una de las formas naturales en las que se aprende a hablar desde pequeños. Pero falta algo importante: Hablar. Hace falta poder conversar.
Así que empezamos a buscar opciones de conversación, y Clara encontró a Sara, una profesora de inglés, que vive en nuestro mismo barrio, y que acude a casa a darnos clases particulares a cada uno. En mi caso centrados sobre todo en conversación. De hecho, ya no sé si es mi profesora o mi psicóloga, porque le cuento toda mi vida y ella se centra en hacer preguntas y corregir los errores y facilitar vocabulario. Inevitablemente por nuestras conversaciones, también nos estamos haciendo buenos amigos. Y por supuesto, mi inglés mejora día a día.
«New challenge»
Lo de dar de alta una empresa en España ya sabía que no iba a costar poco, aunque la empresa de USA no lo sabía. La cosa se alargó mucho, tanto que ya pensaba que se habían olvidado de mí, pero en junio me llamaron para incorporarme cuanto antes.
Vaya, ahora que iba a empezar la jornada intensiva en mi actual curro… En el nuevo no hay ni jornada intensiva ni se libra los viernes por la tarde. Pero bueno, es algo que considero poder sacrificar como parte del camino hacia el éxito ?. Eso sí, negocié disponer de un par de semanas de vacaciones en agosto. Así que me despedí de mi empresa española, y de mis entonces compañeros ?, y comencé a trabajar para una empresa de USA, a primeros de julio desarrollando el backend de aplicaciones móviles.
Nadie del equipo de desarrollo habla inglés nativo, pero tienen muy buen nivel (o eso me parece a mi). En mis primeros ‘zooms’ con el equipo estuve bastante nervioso, antes y durante los mismos, pero en poco tiempo ya he perdido ese nerviosismo, aunque siempre que vamos a tratar algún tema en concreto intento ensayar antes lo que quiero decir por si hay alguna palabra que se me pueda atascar, ya que aun teniendo mucho vocabulario, lo importante es esa conexión mental entre lo que quieres decir y que la palabra salga automáticamente. No se puede estar hablando y teniendo que estar tirando de tu diccionario mental todo el rato. Las palabras tienen que fluir solas. Lógicamente usamos también una aplicación de mensajería, así que también estoy mejorando mucho mi inglés escrito.
No lo voy a negar, tengo días y días. Los hay que entiendo todo y me expreso bastante fluído, y otros que no pillo una y hablo como si tuviera un boniato en la boca. Pero nunca he tenido problemas en preguntar y mi jefe, ha asumido que conmigo a veces hay que tener paciencia con el inglés, porque cuando lo pillo, el trabajo lo clavo.
Hace poco leí por Twitter cómo muchas personas de lengua española que trabajan para empresas en inglés, se quejan de que al cambiar de idioma no son ellas mismas. Que pierden gran parte de su personalidad, porque les falta su humor, sus expresiones, su carácter, ya que esas partes de la personalidad son difíciles de expresar cuando empleas un idioma que no dominas totalmente. Y es cierto, a mi también me pasa, y mi relación con mis compañeros es buena, pero desde luego que es muy distinta a si todos hablásemos español. Pero bueno, tiempo al tiempo. No me quejo. De nuevo estoy donde quiero estar.
El trabajo en sí me está gustando mucho. Estoy en una parte del proyecto bastante indefinida. Tenemos un objetivo claro, pero no hay un camino trazado, y es lo que estoy haciendo, trazar ese camino, probando cosas, pensando en soluciones, e ir avanzando. Me estoy divirtiendo bastante y lo cierto es que el resultado final de todo esto va a suponer un salto bastante importante en la parte de negocio de la empresa y desde luego me gusta sentir que el trabajo que estoy desarrollando durante este tiempo va a ser de verdad relevante.
Un “motivao”
Cada vez que me pongo a pensar en lo que escribir cada año, suelo releer los anteriores posts, y lo cierto es que me flipa ver lo que va cambiando mi vida.
Clara un día me dijo, “El secreto de porqué acabas consiguiendo lo que quieres es que cuando quieres algo de verdad, se convierte en tu prioridad”. Y pensándolo bien tiene parte de razón. No es que se convierta en mi prioridad absoluta, pero sí entra en mi lista de prioridades. Y lo que está en la lista es lo que suele ocupar mi cabeza y me focalizo bastante en ello.
Pero la realidad es que cuando me pongo a perseguir un objetivo, lo que de verdad me hace feliz es el hecho de perseguirlo, y todo lo que se aprende y se vive por el camino. El momento de alcanzarlo no es tan emocionante, y a veces ni siquiera se puede decir que exista ese momento concreto. Poco a poco se va construyendo.
Muchas veces me defino como un “motivao”, pero en realidad, no es que me sobre la motivación, es que intento que las cosas me sean más fáciles. Trato de alinear al máximo mis objetivos con mi vida. Como ha sido ahora el caso. Si no tengo tiempo ni ganas de ir a academias de inglés, ni tengo la opción de irme a vivir un tiempo a otro país para aprender inglés, pues que el inglés venga a mi casa, incluido en el trabajo.
Tener esa lista de prioridades es lo que más me ayuda a elegir, porque tener prioridades hace que no tengas que elegir, ya que tener prioridades hace que desaparezcan otras opciones.
Pero regirte por prioridades también tiene una parte negativa. Lo que no está en mi lista de prioridades, puede que sí esté en la lista de mi pareja, o de mi hijo, o de cualquier familiar o amigo. Y para mí, no compartir prioridades a veces me supone frustración. No dar preferencia a las prioridades de las personas con las que convives por encima de las tuyas es algo que debo evitar y a veces no lo hago. Pero lo estoy trabajando.
¡Tira del hilo!
En resumen, el hilo del que empecé a tirar cuando hice una simple compra en Wallapop, ha supuesto un nuevo cambio muy importante en mi vida (y también en la de mi familia). Nuevo trabajo, nuevos compañeros, nuevos aprendizajes, y se abren nuevos retos. Y desde luego que aprender inglés abre nuevas oportunidades que estoy dispuesto a aprovechar, o nuevos hilos de los que tirar.
Eres muy grande Sahuqui ?????? cada año te superas.
Enhorabuena por tu nuevo trabajo y seguro que irá fenomenal ?
¡Muchas gracias! De momento no está yendo mal. ¡Un abrazo!
Aarrredeu chaval! no digas trolas, eres un motivao! 😀
Yeee chiquet! Pues no sé. Por mi casa dicen que lo que soy es un cabezón.
Pero Sahu, deberías escribir un libro!!
Además de un ‘motivao’ eres un gran comunicador!
Si me cuesta un año escribir un post, imagínate escribir un libro. Jaja